La inflación de septiembre fue de 6,9%, de acuerdo con la estimación dada a conocer hoy por la Fundación Libertad y Progreso, que a su vez midió un alza de precios minoristas del 67,2% en lo que va de 2022, 84,3% en la variación interanual y 243,6% en los primeros 33 meses de la Administración de Alberto Fernández, el máximo nivel para de las últimas gestiones presidenciales argentinas.
La entidad dirigida por el economista Aldo Abram precisó que los rubros que más aumentaron en el mes que finaliza mañana fueron Educación (20,3%), ABebidas Alcohólicas y Tabaco (13,7 %), y Transporte y Comunicaciones (8,7%).
Por su parte, aquellos que tuvieron mayor incidencia en el incremento del índice fueron Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (1,6 punto porcentual), “Transporte y Comunicaciones (1 pp) y gua, electricidad, gas y otros combustibles (0,8 pp).
«De esta manera, en los primeros 9 meses del 2022 la inflación acumulada alcanza 67,2%», lo que representa «la inflación acumulada más grande para los primeros nueve meses del año desde 1991″, subrayó LyP.
El margen de inflación mensual para el último trimestre para no alcanzar los tres dígitos no podrá ser superior al 6,14%.
Dentro de la última década, los años que le siguen con mayor inflación en los primeros tres trimestres son el 2021 con una inflación acumulada del 37% y el 2019 con 37,7 %.
Lautaro Moschet, economista de Libertad y Progreso, explicó que “este mes hubo una presión en el índice de
precios debido a la quita de subsidios a la energía y la actualización de tarifas reguladas como lo es el transporte
público», además de «los aumentos tanto en alimentos como educación, que son gastos imprescindibles para un hogar y generan mayores dificultades para que el salario resista hasta fin de mes».
Para su colega Eugenio Marí, Economista, «Argentina ingresó decididamente en un nuevo régimen inflacionario, con el nivel de precios corriendo al 7 mensual por tercer mes consecutivo y no hay señales de que se vaya a desacelerar».
«En septiembre el BCRA aumentó su deuda remunerada en 1 3 billones, lo que lleva a que el total de deuda remunerada devengue $480. 256 millones mensuales. Si a esto sumamos un Estado con déficit fiscal, pocas razones para pensar en una desaceleración de la emisión y de los precios”, agregó.
Además, señaló que «los alimentos aumentaron al mismo ritmo que el índice general, lo cual presionará aún más sobre el dato de pobreza del segundo semestre, que subirá respecto al que publicó el INDEC esta semana”.
Por su parte, Abram dijo si el Banco Central no baja el ritmo de emisión, el piso de la inflación será del 6% o poco menos.
«Por lo tanto, si no llegamos al 100 a finales de año, lo estaremos superando a principios del que viene», advirtió, al tiempo que estimó que «puede ser que, antes de las elecciones de 2023 usen los mismos instrumentos distorsivos que en 2021 para deshacerla, como retraso cambiario y congelamientos aunque cuenta con menos
reservas que en 2021 para manejar el dólar oficial».
En ese marco, sostuvo, «con suerte, la inflación de 2023 se ubicará cerca de la de este año».
«Un problema adicional es que, para parar la aceleración del tipo de cambio paralelo y la inflación, se elevó la tasa de interés a niveles que vuelve preocupante la situación de solvencia de un Banco Central y un gobierno excesivamente endeudado para mantener un gasto excesivo», manifestó, para concluir expresando que «si la falta de credibilidad en la actual gestión no se resuelve pronto, la merma de la demanda de peso volverá a profundizar y tendremos una inflación creciente».