El incumplimiento de las promesas de campaña son un viejo hábito en la política en la mayor parte de los países, pero quizás no pueda encontrarse una paradoja más patente como la de Alberto Fernández que, cuando era candidato presidencial, aseguró que iba a terminar con la especulación en torno a las letras de liquidez (Leliq) para destinar esos recursos al pago de medicamentos para los jubilados.
Tres años después, no solo el valor real de las jubilaciones continuó con su caída sino que el stock de leliq creció de manera exponencial, como forma a la que recurre el Banco Central para esterilizar el aumento de la base monetaria que el mismo banco realiza.
Ese aumento de lo que se dio en llamar «la bola de leliqs» tuvo un nuevo impulso desde febrero de este año, al compás de los sucesivos aumentos de la tasa de interés, al punto que en la actualidad el pago de intereses de esos instrumentos supera en un 29% a todo el gasto en jubilaciones.
«Teniendo en cuenta la última suba en la tasa de referencia, los intereses devengados por el stock de deuda remunerada del Banco Central superan los $401 mil millones mensuales», señaló al respecto la Fundación Libertad y Progreso.
De la combinación de stock y tasa, surge que al 12 de agosto el pago de intereses de leliq asciende a $401.480 millones mensuales, un 29% más que los $312.240 millones destinados al pago de jubilaciones y retiros.
Asimismo, representa 280% lo destinado al pago de Pensiones; casi 6 veces lo ejecutado para el pago de Asignaciones Familiares; 5,2 veces lo destinado al pago de Subsidios a la Energía; casi 11 veces lo pagado en Subsidios al Transporte; más de 11 lo destinado a Universidades Nacionales; y 7,5 veces lo asignado a Provincias.
Al 11 de agosto, el BCRA contabilizaba en su balance $7 billones en pasivos remunerados (Leliq, pases y Notaliq). En tanto que la tasa de referencia de política monetaria, la de las Leliqs a 28 días, aumentó en las últimas semanas en 1.750 puntos básicos, pasando de 52% a 69,5%, mientras que la tasa de pases pasivos tuvo un incremento similar, pasando de 46,5% a 64,5%.
Para Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, “la suba en el monto de intereses de la deuda del Central responde a que la entidad se ha dedicado en gran medida a financiar el déficit del Tesoro. En otras palabras, el Banco Central comprometió su propio balance para auxiliar al fisco. Luego, para esterilizar parte de la emisión monetaria, el BCRA emite deuda que paga intereses, como las Leliq. El problema es que hoy el BCRA ya tiene serios problemas en su propio balance, por lo que seguir emitiendo deuda es contraproducente”.
“El problema de fondo es pretender financiar el gasto con emisión espuria” agregó, además de proponer «avanzar, como mínimo, en una reforma de la Carta Orgánica que de independencia real al Banco Central y permita focalizar los esfuerzos de la autoridad monetaria en la lucha contra la inflación, pero también en una reforma fiscal que reduzca el déficit y de haga creíble la promesa de que se dejará de depender de la emisión monetaria para financiar el gasto”, finalizó.
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