La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) proyectó una inflación el 87% para 2022, 39 puntos porcentuales más que el extremo máximo acordado por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En un informe elaborado por su economista jefe, Daniel Artana, la entidad se basó en los resultados de la Ciudad de Buenos Aires para prever una inflación de 5,5% para mayo, en un contexto en el que «la mayor nominalidad por el lado de los costos complica las cosas».
«Las tarifas energéticas que aumentaron 20% deben agregar otro tanto a mediados de año para la mayoría de los usuarios, los salarios formales aumentaron 18% durante el primer trimestre del año y el peso se deprecia a un ritmo mensual cercano al 4%», señaló, además de indicar que «el gobierno ‘promueve’ la indexación de contratos salariales y de algunos precios a plazos cada vez más cortos».
Asimismo, la inflación en servicios supera a la de bienes, dado el mayor peso de los salarios en los precios finales de esos productos.
«A eso se suma la poca credibilidad del programa económico acordado con el FMI que, para peor de males, intenta ser dinamitado desde adentro de la coalición de gobierno», alertó FIEL.
En ese contexto, la fundación proyectó «una inflación del 87% en el año, lo cual equivale a un promedio de 5,4% por mes de junio a diciembre», es decir un porcentaje inferior a los registrados en marzo y abril.
Para Artana, «alcanzar una inflación más baja requiere una reducción del gasto en términos reales que permita disminuir el déficit y la emisión monetaria».
Al respecto, recordó que «en el primer cuatrimestre del año, el gasto primario aumentó 13% en términos reales», pese a que «en el programa con el FMI se esperaba un aumento de 3%», de lo que se desprende que para alcanzar esa meta «se requiere una reducción del orden del 1% en el período mayo a diciembre, pero las decisiones del gobierno apuntan en sentido contrario».
«Una opción prevista en el programa es colocar más deuda en el mercado local, pero la montaña de deuda en pesos que debe renovarse todos los meses empieza a despertar algunas dudas entre los inversores», sostuvo Artana, quien agregó que «el cepo cambiario genera un mercado cautivo para los pesos nominales pero los inversores pueden ‘salirse’ pagando el costo de la brecha cambiaria».
«En otras palabras, el cepo controla los pesos nominales, pero no los reales», expresó.