BUENOS AIRES, (ANP).- Si bien Argentina fue uno de los países que recuperó rápidamente los niveles pre-pandemia, en el 2021 aumentó 10,3% contra una baja del 9,9% del 2020, si se utiliza los datos del WEO-FMI y las proyecciones brindadas por la alianza LAECO (*), Argentina lograría recién en 2023 recuperar el terreno cedido desde el último nivel máximo del 2017 (+0,9%), mientras que el mundo habrá crecido 18,8% y la región 5,7%, informó Ecolatina.
“El optimismo también se diluye al analizar el entramado socioeconómico”, destacó la consultora al referirse al aumento registrado en el 2022 y la proyección de crecimiento de al menos, un 3% para este año.
Ecolatina advirtió que “el último nivel máximo de PBI del país corresponde a 2017, cuando había 44 millones de habitantes. Las proyecciones indican que se volverá a alcanzar ese nivel en 2023, pero ahora con 46 millones de habitantes, lo que implica que el producto por habitante todavía no recuperará lo perdido”.
Más aún, “teniendo en cuenta el factor poblacional, el nivel máximo de PBI per cápita no se alcanzó en 2017 sino en el año 2011, momento desde el cual la economía argentina mostró un desempeño errático en materia de crecimiento”.
De esta forma, desde Ecolatina “prevemos que en 2023 el PBI será similar al de 2017, pero 5% menor en términos per cápita, y todavía ubicándose 11% por debajo del máximo alcanzado en 2011”.
Por otro lado, el cambio de composición hacia dentro de los asalariados -que representan la mayor cantidad de trabajadores- tiene su correlato en las cuentas nacionales.
A la vez que el consumo público -esencialmente salarios- superará 3,5% los valores de 2017, el consumo privado, que representa aproximadamente el 70% del PBI, exhibirá un retroceso superior al 7%, afectado por la dinámica del salario real a lo largo del período.” Vale destacar que estos números empeoran considerablemente si contemplamos el crecimiento poblacional”.
“Esto indica que la situación entre los dos valores “similares” de PIB (2017 y 2023) será bien distinta en términos sociales, y posiblemente la tasa de pobreza sea el dato que mejor condensa esta diferencia: promedió 27,2% durante 2017 y prevemos que la elevada inflación obstaculizará su descenso desde los niveles actuales – fue de 39% en 2021– en los próximos dos años”.
Dado que la cantidad de trabajadores formales se habrá incrementado en casi 5% -similar al crecimiento poblacional-, “esto implica que a lo largo de estos años tendremos una mayor cantidad de trabajadores, pero con salarios más bajos en términos reales”.
(*) Alianza Latinoamericana de Consultorías Económicas