BUENOS AIRES, OCT 15 (ANP)- Ante los empresarios de IDEA, el presidente Alberto Fernández rechazó la idea de modificar el régimen de indemnizaciones por despido que reclaman desde diferentes sectores de la actividad privada. No fue lo mejor para la audiencia que fue escuchar al primer presidente peronista en 20 años que asiste a un Coloquio. El último que lo había hecho fue Carlos Menem en los años 90’.
El mensaje, más que destinado a los empresarios, pareció dirigido a los dirigentes de la CGT, que respaldan al presidente, siempre que no se toquen los aspectos fundamentales de las leyes laborales que rigen en el país.
El primer mandatario echó mano a argumentos basados en ejemplos de países nórdicos de Europa. Durante el primer día de la reunión empresarial más importante del país el ministro Martín Guzmán ya había anticipado algo parecido. “No creemos que haya que generar empleo quitando derechos”, había dicho.
Alberto Fernández dijo:
*He tomado nota de los reclamos por la cuestión de las indemnizacion por despido.
*El premio Nobel de Economía, David Card, describió los efectos de las indemnizaciones en Austria y concluyó que tiene efectos positivos.
*Los países nórdicos son citados como ejemplo. Veamos: en Finlandia el despido sin causa está penado con el pago de entre 3 y 24 salarios. Las multas son de hasta 35 mil euros.
*En Dinamarca, quienes están fuera de convenio están protegidos si los echan sin causa y el sindicato debe intervenir.
*En Noruega, el empleador debe contar con la anuencia del empleado, de su abogado y del sindicato y el empleado sigue cobrando hasta que la Justicia decide.
Previamente, el primer mandatario argumentó que con el actual régimen laboral durante el gobierno de Néstor Kirchner “creamos 2 millones de puestos de trabajo”.
*Siempre cuidamos el empleo formal. Sostuvimos a miles de empresarios que necesitaban auxilio del Estado.Crear empleo es algo que debemos ver en forma conjunta.
Las palabras del primer mandatario no cayeron bien entre la plantea. Más que nada, defendió los puntos de su política económica. Un banquero se quejó al terminar el encuentro: “Parece que estuvieran en otra realidad. Nosotros hace dos años que no podemos remitir utilidades”.