BUENOS AIRES, OCT 11 (ANP) – Desde hace más de 30 años los diferentes gobiernos vienen ensayando distintos tipos de estrategias para incentivar el empleo. En general, se trata de medidas transitorias relacionadas con reducciones de impuestos, que luego de un período determinado, se terminan. Ninguna ha logrado generar incentivos a la demanda de parte de los empleadoses y es por eso que algunos especialistas en mercados laborales sostienen que se deberían aplicar reformas permanentes.
Según dice un informe del Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino (IDESA) que este tipo de acciones «en los ‘90 se denominaron ‘modalidades promovidas’, en el anterior gobierno ‘Empalme’ y ahora ‘Un Puente al Empleo'». «Mientras no se modernicen las instituciones laborales, el fracaso seguirá asegurado», advierte la consultora dirigida por el economista Jorge Colina.
El informe destaca el parecido que existe entre el programa que impulsa el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el que se aplicó durante la gestión del presidente Mauricio Macri.
Se anuncia como una exención del 100% de las contribuciones patronales por 2 años más la posibilidad de tomar por 1 año el monto del plan como parte del salario. En el texto del proyecto se especifica que el descuento es solo sobre las contribuciones patronales al SIPA –no incluye asignaciones familiares, desempleo, obra social, ART y cargas sindicales– y está topeado en 2 salarios mínimos. Además, tiene que implicar aumento de planta, no se puede tener empleados no registrados (por eso la ley contempla un blanqueo laboral) y hay que estar al día con el pago de las cargas sociales.
El antecedente más reciente de este programa es el plan “Empalme” del 2017. Los objetivos y el diseño son parecidos. La diferencia principal es que permitía tomar como parte del salario 2 años de plan, pero en sentido contrario no contemplaba exenciones sobre contribuciones patronales. Esta iniciativa del gobierno de Macri fue un rotundo fracaso.
Dado que los beneficiarios de planes asistenciales tienen bajos niveles de educación y carecen de experiencia laboral relevante, es altamente probable que el programa del gobierno fracase como el “Empalme” de Macri.
El análisis señala que el empleador solo ahorra 13% del costo de tomar un nuevo empleado. En el caso de alguien que gana $64.000 mensuales (dos salarios mínimos) el ahorro es de solo $360.000 en dos años.
El proyecto de ley de Massa dice que para poder encuadrar como potencial beneficiario, el trabajador tiene que tomar cursos de formación que administrarán las organizaciones piqueteras.
IDESA señala que el ámbito más pertinente para el entrenamiento orientado al trabajo es la empresa, no una organización piquetera.
El estudio indica que una reducción transitoria de costos laborales resulta un incentivo irrelevante para los empleadores, especialmente cuando se trata de personas con bajos niveles de calificación.