BUENOS AIRES, ENE 2 (ANP).- En un imaginario 2049, un viejo astrónomo cercado por las culpas del pasado y por la muerte que lo ronda, intenta contactar a una nave espacial que está regresando a la Tierra para avisar que no deben volver, que deben regresar a ese planeta habitable que hallaron en los confines del Universo. Es que nuestro mundo ya no es el que era cuando partieron en misión al espacio y ya no lo será nunca. La atmósfera se está envenenando aceleradamente y sin remedio. No queda lugar adonde ir.
Sobre esta premisa inquietante, sobre todo en medio de una pandemia que marcó un antes y un después en nuestras vidas, se asienta este largometraje original de Netflix dirigido y protagonizado por George Clooney que tiene a su favor algunos logros, aunque haya que admitir que en el conjunto pesan tanto los desaciertos que el rumbo se pierde.
No está claro adonde apunta “Cielo de medianoche” pero tampoco está mal como experiencia. Ciertamente no hay que mirarla esperando ver una candidata al Oscar (independientemente de que la Academia igual la nomine a falta de una propuesta mejor), sino que más bien se trata de apreciar lo bueno que tiene esta cinta.
Entre esos puntos a favor, hay que destacar sobre todo la excelente actuación de Clooney, alejado del canchero lindo para componer a un hombre acompañado en el final de sus días tan solo por sus fantasmas. Además, está la sobrecogedora desolación que transmiten los escenarios, tanto o más profunda que la de los personajes, y el manejo de los silencios, algo poco común en las producciones modernas.
Fuera de eso, “Cielo de medianoche” plantea tantas subtramas que, si hubiera que ubicarla dentro de un género, sería el del melodrama con trazos de telenovela de la tarde porque tiene muy poco de cine de acción mientras que sobran los dolores humanos. Y si la idea era orientarse al drama, sin duda se malogró con los extensos detalles técnicos y científicos. A veces en la vida hay que elegir: si se trata de una película de aventuras interestelares está bueno ahondar en la ciencia. Pero si la cosa va para el lado de la emoción, tantos algoritmos sobran. Pretender compatibilizar ambos en grandes dosis es uno de los errores que Clooney cometió en este caso.
El desarrollo, por otra parte, es lento, y eso solo es admisible cuando los personajes y los parlamentos lo valen. Salvando al protagonista, los demás no terminan de conectarse con el espectador, sus historias personales se dibujan de manera superficial, y los diálogos entre ellos son algo dispersos.
El desenlace es amargo, con algunos golpes bajos, y con atisbos de una muy pequeña esperanza. Difícil es creer que una nave tan maltratada como ésta, pueda seguir su camino hacia otro planeta para reconstruir a la raza humana enfrentando el hostil espacio sideral que tiene por delante. Haría falta un acto divino para que llegara a destino con bien, aunque también es cierto que todos somos el resultado de un temerario e incomprensible milagro del cosmos.
FICHA TÉCNICA:
País: EE.UU.
Dirección: George Clooney
Basada: “Good morning, midnight” de Lily Brooks-Dalton
Música: Alexandre Desplat
Protagonistas: George Clooney, Felicity Jones, Demián Bichir, David Oyelowo, Tiffany Boone, Klyle Chandler, Sophie Rundle