Buenos Aires, jul 28 (ANP) – La actividad inmobiliaria rural comenzó en junio pasado a moverse de manera favorable aunque continúa en crisis: ya que presentó una suba del 87,5% respecto a mayo anterior, pese a que las operaciones de compra-venta de campos, y alquileres, reporta una caída del 15% contra igual mes del 2019.

El dato surge del último informe difundido por la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), cuyo índice de actividad se situó en los 39,46 puntos en junio, lo que significa un crecimiento del 87,5% con respecto a mayo anterior.

Fuentes de la entidad reconocieron ante esta agencia que la actividad del sector puede compararse con «un enfermo que se encuentra en coma y que logró abrir los ojos».

Desde la CAIR, se indicó que «probable que el incremento en la actividad durante estos meses de pandemia esté relacionado con la consolidación de la baja de los valores de los campos y la mayor fortaleza del dólar».

Desde marzo pasado, la compra-venta de campo se estancó frente a la decisión oficial de aislar a la población ante la pandemia de Covid-19. Recién en mayo pasado, el índice CAIR presentó un incremento del 25% contra abril. Desde el sector reconocen que la actividad está lejos de la situación que reportaba el sector a mediados del 2019.