Buenos Aires, may 12 (ANP)- Las condiciones financieras volvieron a acusar una caída significativa en abril y prenuncian uno de los derrumbes de la actividad económica general más pronunciado de los últimos años, de acuerdo con lo señalado hoy por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
La entidad precisó que en esta oportunidad, a diferencia de lo ocurrido en marzo, fueron las condiciones locales las que tuvieron mayor incidencia en la caída, a raíz del ensanchamiento de la brecha cambiaria y el denominado “riesgo legislación”, dominado por una visión pesimista acerca del resultado de la renegociación de la deuda.
“Ante el reciente colapso tanto de las condiciones externas como locales, cabe esperar que la actividad económica experimente este año uno de sus peores desempeños de los últimos años”, pronosticó IAEF en la presentación del Índice de Condiciones Financieras (ICF) elaborado por la consultora Econviews, dirigida por el ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel.
El ICF se deterioró 47,6 puntos mensuales en abril, hasta alcanzar -301.4 puntos, su segundo peor registro de la serie histórica con inicio en 2005, solo precedido por noviembre 2008, en plena crisis de las hipotecas.
En esa debacle, el aporte de las condiciones locales fue de 39,8 puntos y el de las externas 7,8 puntos, lo que pone en evidencia el mayor impacto de la situación doméstica antes que el panorama internacional, de por sí duramente afectado por la pandemia de coronavirus.
En un repaso de los factores de mayor incidencia, IAEF recordó que “el 17 de abril se presentó una oferta de restructuración de la deuda soberana bajo ley extranjera”, que fue “rápidamente rechazada por la mayor parte de los comités de acreedores” y que -ya en mayo- derivó en una prórroga para el vencimiento de la aceptación de a propuesta.
Asimismo, abril fue el primer mes de cumplimiento pleno de la cuarentena, “con el consecuente impacto en actividad económica”, indicó.
Por otra parte, la “política monetaria expansiva del BCRA” llevó a una caída en las tasas de interés, que a su vez fue una presión para que la brecha cambiaria llegase a niveles cercanos al 80%.
Por el lado internacional, durante abril los bancos centrales mundiales “dieron señales de mantener estímulos monetarios ultra-expansivos por el tiempo que sea necesario para sostener a la actividad económica”, destacó la entidad, que además subrayó que “algunos países empezaron a programar una salida gradual de la cuarentena”.
“Esto generó una mejora en los índices de acciones globales en el mes y una caída en la volatilidad, que de todas maneras sigue siendo alta, en especial en el caso de commodities como el petróleo”, añadió.
IAEF precisó que “las condiciones financieras permanecen en zona de estrés desde septiembre 2018, cuando Argentina había sufrido una crisis cambiaria y de balance de pagos que actualmente se tradujo en una crisis de deuda” y que “hay que retrotraerse a la crisis del 2001 para encontrar un nivel de estrés mayor que el actual”.