Buenos Aires, mar 15 (ANP)- El alto nivel de informalidad laboral de la Argentina constituye un serio condicionante ante la posible decisión de “parar el país” por varios días para mitigar el impacto del coronavirus en la salud de la población, advirtió hoy el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).

La entidad dirigida por Jorge Colina marcó la diferencia con la situación de países desarrollados, en los que “un confinamiento acotado en tiempo y espacio es posible porque tienen espacio fiscal para subsidiar a las empresas y las familias viven del ingreso formal”, en tanto en la Argentina la doble condición de informalidad y pobreza es una realidad que debe tenerse en cuenta para la toma de decisiones de esa naturaleza.

En ese sentido, en base a datos del INDEC, precisó que en el país “el 55% de los hogares tiene como jefe a un empleado en relación de dependencia registrado de los cuales el 16% son pobres”, mientras que “el 22% de los hogares tiene como jefe a un asalariado no registrado de los cuales el 43% son pobres” y por último “el 23% de los hogares tiene como jefe a un cuentapropista y el 35% son pobres”.

“Estos datos muestran que sólo la mitad de las familias tiene como jefe de hogar a alguien que trabaja en relación de dependencia registrado”, un conjunto de la población en el que “la reclusión tiene viabilidad en la medida que el empleador continúe pagando los salarios”.

Pero la otra mitad de los hogares “vive del trabajo en la informalidad y/o el empleo por su cuenta, con lo cual recluirse en su hogar implica cesar de tener ingresos”.

Esa situación tiene además el agravante que “muchos de ellos son pobres, de manera que la falta de ingresos, sea por reclusión o por caída de la actividad económica, les hará de manera casi inmediata más daño a la salud que el coronavirus”.

“Parar la actividad económica y aislar a la población en prevención de una minoría es un remedio que tiene costos sociales mucho más elevados que el beneficio de evitar la enfermedad”, sostuvo IDESA, que diferenció la situación de la Argentina y la de otros países con menores niveles de informalidad laboral.

En consecuencia, la entidad pidió “agudizar la creatividad para adoptar medidas preventivas alternativas que produzcan menos daño social”, ya que para los sectores pobres informales “el remedio será peor que la enfermedad” si se recurre a un cese general de actividades.

 

Por NP