BUENOS AIRES (ANP).- El 6% de inflación mensual reportado por el INDEC para junio ilusionó brevemente al Gobierno, si bien ya los economistas advertían que en realidad significaba una pequeña tregua frente a los incrementos de precios que se avecinaban en las últimas semanas previas a las elecciones primarias del 13 de agosto.
El pronóstico se confirmó con recientes proyecciones de los analistas privados, que coinciden no sólo en un IPC de julio superando la cifra de junio, sino también en un estimado de más de 7% para agosto, dato que se conocerá el martes siguiente al domingo de las PASO.
Por lo pronto, estimaciones de Orlando Ferreres & Asociados y de Fundación Libertad y Progreso coinciden en esperar una inflación minorista en julio de 6,6% mensual.
Ferreres indicó que con este dato, el crecimiento interanual de los precios ascendería a 120,5%, con una inflación núcleo de 7,1%, marcando un aumento de 116,1% anual y dejando una inflación general acumulada de 61%.
Según su último informe, los rubros que motorizaron el alza fueron Esparcimiento y Salud, con subas mensuales de 9,1% y 8,8%, seguidos por Bienes varios (+8,3), mientras que los alimentos marcaron un 6,4%.
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Por otra parte, los aumentos de 4,5% promedio en los combustibles de YPF que comenzaron a regir hoy, además de las subas en el precio de la carne y otros alimentos básicos constatados en los últimos días, están presagiando un IPC mensual que rondará el 7,5% en el mes en curso. El dato oficial se conocerá a mediados de septiembre, pero sin duda se sentirá en el bolsillo de los argentinos antes de concurrir a las urnas.
Según informó TN, la consultora Empiria está viendo casi un 8% para agosto, principalmente debido a la suba en la carne, que tiene una incidencia de 9% en el Índice de Precios al Consumidor. Según ese medio, también la consultora C&T Asesores Económicos está anticipando cerca de 7,7% para julio, y algo más para agosto.
No hay duda de que el ministro de Economía, Sergio Massa, candidato del espacio oficialista para los comicios primarios, irá a la contienda electoral con la ventaja de haber logrado una actitud indulgente de parte del FMI ante el incumplimiento de Argentina de las metas del programa de crédito, pero con el enorme peso de una inflación que no da tregua a los argentinos.