BUENOS AIRES (ANP).- El “long play” se llama “Una noche en la opera”, que Queen lanzó al mercado ingles un 21 de octubre de 1975, y como siempre pasaba en esas épocas, la versión para Latinoamérica llegó dos semanas después, luego de que los títulos de las canciones se tradujeran al español.

El disco era bastante ecléctico en cuanto a los ritmos y los distintos géneros del rock/pop que tocaba la banda. Traía un par de buenos temas “Tu eres mi mejor amigo”, la extraña “Estoy enamorado de mi auto”, compuesta por el baterista Roger Taylor, la balada romántica “Amor de mi vida” y un muy muy “rara”, ya desde su título, “Rapsodia Bohemia”.

La canción estaba en la cabeza de Freddy Mercuri, a tal punto que iba escribiendo en distintos papeles los segmentos que conformaría el tema y se los iba pasando a sus compañeros, que tocaban y corregían a medida que brotaba las ideas del cantante.

“Recuerdo que Freddie llegó con un montón de trozos de papel y empezó a tocar el piano”, dijo el guitarrista Brian May en 2008. “Tocaba el piano como la mayoría de la gente toca la batería. Y esta canción que tenía, estaba llena de huecos, en los que explicaba que aquí pasaría algo operístico, y así sucesivamente. Había elaborado las armonías en su cabeza”.

En ese caos creativo, la grabación del tema se llevó varios días. La sección de opera propiamente dicha se llevó una semana Para el gran coro, el grupo superpuso 160 pistas de grabaciones vocales (utilizando una grabación analógica de 24 pistas), con Mercury cantando el registro medio, May el registro grave y Taylor el registro agudo, mientras John Deacon tocaba el bajo.

“Estábamos muy entusiasmados por ver hasta dónde podíamos llegar. Tuvimos suerte. Creamos una buena química en las voces”, contó Taylor a la BBC. “Brian tiene un voz baja, Freddie tenía esa voz increíble e interminable, y yo podía hacerlo bien en los altos”.

Seis minutos dura el tema, con una introducción de una balada, en tono bajo, que va “increcendo” para desembocar en una larga ópera, que luego de una “pared de sonido” coral desemboca en un rock violento, con una guitarra “bien podrida”, para volver a la balada, y terminar con un “gong”, que Taylor le tomó “prestado” a Led Zeppeling.

Es tan extraña la canción que no tiene covers. Sí tiene versiones, la más extraña, la interpretada en el Show de los Muppets, la más graciosa, la incorporada en “El Mundo de Wayne”.

Incluso hay una versión “corta” de no más de tres minutos, que la discográfica EMI hizo para que sea pasada en las radios, quitándole toda la parte de opera y el solo de Brian May, pero la banda se opuso tenazmente a que se difundiera, y solo quedó la canción original del “long play”.

Un detalle más, el disco “Uno noche en la ópera” no se llama así por las connotaciones que tiene “Rapsodia Bohemia”, sino por la homónima película de los hermanos Marx, que los integrantes de Queen habían visto unos días antes en el cine.

 

 

Por NP