La inflación de febrero tuvo una leve desaceleración en relación con la de enero y se ubicó en 5,7%, lo que no evitó tanto haber llegado a un nivel interanual de tres dígitos por primera vez desde octubre de 1991 sino también completar una seguidilla de trece meses de crecimiento.
Los datos forman parte del último reporte de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), que advirtió que pese a la baja respecto del 6% de enero, marzo se presenta con «una marcada aceleración» por el componente estacional del rubro Educación y los anuncios de nuevos ajustes en las tarifas de los servicios públicos.
«La variación interanual alcanzó los tres dígitos y se ubicó en 100,7%, superando el 98,8% de enero. Como resultado, ya son 13 meses consecutivos en los que la inflación se acelera en términos interanuales, llegando a duplicarse desde el valor de enero del 2022 (50,7%). A su vez, durante el primer bimestre del año, la inflación acumulada llegó a 12,1%, cifra que supera al 8,8% del mismo período del 2022», sintetizó LyP, en un panorama que deja cada vez más lejana tanto la posibilidad en el corto plazo de «un índice que empiece con 3» como la de cerrar el año con un 60%.
El rubro con mayor aumento e incidencia en el índice fue Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, registrando una
variación mensual de 9,8% y una incidencia de 2,3 puntos porcentuales. Le siguió Vivienda, Agua y Electricidad (8,3%), a raíz de las actualizaciones tarifarias para los usuarios y el incremento en los alquileres, Restaurantes y Hoteles (7,6%) y Medicina (6,4%), principalmente por el aumento de las prepagas.
Para marzo se esperan aumentos en una serie de servicios regulados, como colegios privados, nafta, transporte público, alquileres, prepagas y tarifas de luz, gas y agua.
El economista jefe de la Fundación, Eugenio Marí, dijo que “lo más preocupante es que en febrero hubo una fuerte aceleración de los precios no regulados, dando cuenta de que no estamos avanzando hacia una desaceleración inflacionaria, sino más bien al contrario. Los desequilibrios que acumulan el Tesoro y el BCRA (por financiar al anterior) hacen incompatible una baja de la inflación de manera sostenida”.
Su colega Lautaro Moschet sostuvo que «el fuerte aumento del déficit fiscal de enero es una señal de alerta que indica que no se están haciendo los esfuerzos indispensables para contener los precios. El fracaso inherente de
Precios Justos demuestra una vez más que estos controles son intentos inútiles por contener la inflación, que ya
en los primeros dos meses del año muestran una clara tendencia a superar al 2022».
Por su parte, Santiago Casas aseguró que «con estos resultados la inflación llega finalmente a los tres dígitos interanuales y se aleja de los deseos del Ministro de Economía de lograr bajar la inflación al 4% mensual».
«Siendo febrero un mes con alta demanda de dinero por efectos estacionales, en marzo las perspectivas inflacionarias serán peores por aumentos en los precios de transporte y caída de la demanda de dinero. Lo mas probable es que la inflación mensual vuelva a empezar con 6, terminando con la escasa credibilidad del gobierno y haciendo evidente el dibujo de las proyecciones presupuestarias”, finalizó.