BUENOS AIRES (ANP) Las ventas minoristas de las pymes arrancaron 2024 de peor manera que el cierre de 2023, al pasar de una profunda caída del 13,7% en diciembre a un derrumbe del 28,5% en enero, un porcentaje del que no se cuenta con antecedentes más allá de los primeros meses de la cuarentena en la pandemia de coronavirus.
De acuerdo con el último informa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la baja mensual desestacionalizada fue del 6,4% y el inicio del año «se caracterizó por un mal desempeño en el sector comercial, marcado por escasas transacciones y una baja afluencia de público en los locales».
«A pesar de este escenario desafiante, el sector textil emergió como la excepción, logrando un aumento del 0,9% en comparación con enero del año anterior (en aquella ocasión había registrado una baja del 14,4%) siempre considerando los precios constantes», rescató la entidad, que atribuyó el incremento a «la combinación de ofertas atractivas y a las compras realizadas en gran cantidad por turistas internacionales que recorrieron las ciudades argentinas».
El dato deja en evidencia el impacto de la caída del poder adquisitivo y de la devaluación realizada a mediados de diciembre, al tiempo que anticipa un año con señales preocupantes para el comercio pyme, si se tiene en cuenta el impacto en la ecuación de las empresas de la suba de los servicios de electricidad y gas más la retracción en las compras.
«Los comercios consultados coinciden en que enero fue un mes perdido. Principalmente debido a la incertidumbre económica y al pronunciado aumento de los precios, que no fue acompañado por un ajuste en los salarios. Para el consumidor promedio, todo resultó costoso, lo que llevó a una selección más cuidadosa de compras, priorizando las necesidades más urgentes para resguardar ingresos. Sin embargo, queda una considerable demanda postergada, y se espera que parte de ella pueda recuperarse durante el mes de febrero», se esperanzó CAME.
Alimentos y bebidas: Las ventas tuvieron un derrumbe del 37,1% en enero respecto al año anterior a precios constantes y registraron un retroceso del 13,2% en la comparación mensual. Fue un mes de muy poca venta, donde incluso los sectores de mayores ingresos se volcaron a productos de segundas y terceras marcas. Desde los comercios comentaron que recibieron aumentos semanales de entre 5% y 10% que al trasladarlo al consumidor directamente frenaban la venta. Sin embargo, se espera que, desde febrero, una vez que la gente se acostumbre a los nuevos valores, el expendio retome su ritmo habitual.
Bazar, decoración textiles para el hogar y muebles: Hubo una caída de ventas del 20,5% anual y 5,4% mensual. Las tiendas del rubro sintieron la pérdida de ingresos familiares, a pesar de que se intentó no trasladar a los importes todo el aumento mayorista. La gente compró cosas de bajísimo valor, que en unidades vendidas darían una caída menor, pero que en facturación se sintió de forma importante. En los centros de veraneo, la demanda fue muy baja, y es donde más se pudo observar el malestar empresario.
Calzado y marroquinería: Las caídas fueron de 20,8% interanual y 7,1% contra diciembre. Los comercios pusieron todo lo posible en liquidación, pero el cliente no se dejó tentar. Salió calzado de muy bajo precio, principalmente para la playa y algo de calzado semi formal clásico. Las zapatillas deportivas, por sus altos valores, fueron las más postergado del mes. Las tiendas confían que desde febrero, cuando se retomen las actividades, volverá la venta.
Farmacia: Las ventas se desplomaron 45,8% anual y 7,9% en el mes. Las farmacias se quedaron con un caudal de stock importante frente a la drástica caída de expendio.
Perfumería: Se registró un descenso del 32,6% anual y del 7,8% mensual. Muy poca gente entró a los negocios estemes, ni siquiera a consultar. Lo que salvó la venta fueron algunas compras de gran tamaño, que, a contramano de la tendencia general, de pronto aparecían, especialmente en cremas y perfumes importados.
Ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción: Las ventas se hundieron 31,3% anual y 7,3% frente a diciembre. Fue uno de los ramos más golpeados, que recibió además el impacto por el abrupto freno de la obra pública y en la construcción privada. Los empresarios sondeados señalaron que la gente quedó muy endeudada después de las fiestas y canceló pequeñas obras previstas en el hogar.
Textil e indumentaria: Las ventas subieron 0,9% anual, aunque cayeron 2,8% mensual. Fue el único rubro en alza, lo cual sorprendió por el contexto general. Es que mucha gente había postergado compras para enero, esperando las liquidaciones, y eso contribuyó a que el mes no sea tan malo como en otros sectores. Desde las tiendas consultadas manifestaron que vendieron muy poco, pero terminó salvando el mes alguna compra de alto valor que se presentaba cada tanto, principalmente de visitantes internacionales. La venta informal fue una protesta constante, por parte de los comerciantes.